Llegamos a Ecuador en diferentes momentos, no juntas, como hubiéramos imaginado. Valentina ya llevaba unos días en Lago Agrio, ciudad fronteriza y vulnerable de la Amazonía ecuatoriana. Ahí me esperaba ella, ansiosa por reencontrarnos, en la habitación que nos habían proporcionado desde la Federación de Mujeres de Sucumbíos que conocimos a través de Luisa, amiga y compañera de lucha de Zaragoza que ahora está trabajando en la organización y de Huaquipura, una organización zaragozana con proyectos de colaboración en varios países, y uno de ellos es Ecuador.
Yo me sentía entusiasmada de por fin conocer este proyecto que me había enamorado desde que lo conocí. Sobre todo la parte dedicada a la acogida y apoyo psicológico a mujeres y niñas que han sufrido violencia machista y sexual, la casa de acogida, Casa Amiga y el centro de atención y ayuda, la Puerta Violeta, que es un lugar maravilloso, que desprende paz, color, entusiasmo y vitalidad, ¡Qué ganas me dieron de quedarme con Amparo y el resto del equipo!. Y aunque ahora no era el momento sé que volveré…tenemos un trato 😉

En la sede de la FEDE, la primera impresión no me dejó indiferente. Un centro a las afueras de Lago Agrio, rodeado de una naturaleza desbordante, una especie de oasis en medio de la ciudad. Ya que Lago Agrio es una ciudad gris, sin estructura, llena de tráfico y tiendas de herramientas. Un lugar al que no llegarías por casualidad por las 7 horas de autobús en una carretera de puerto llena de curvas que hay desde Quito, pero eso sí, con unas vistas espectaculares.

Empezamos conociendo a todo el equipo valiosísimo de mujeres que forman la FEDE, como la llaman. Un equipo de mujeres luchadoras, valientes y decididas a hacer lo que haga falta por detener la violencia machista y empoderar a la mujer campesina amazónica. Increíbles cada una de ellas.
Nos mostraron el espacio y llegamos a la Casa Amiga. La casa de acogida para mujeres y niñas que han sufrido violencia machista y sexual y que consta de un centro de educación infantil 0-3 años, atendido por Valentina, guía Waldorf y una ludoteca en las tardes, en la que hacen refuerzo escolar y actividades de tiempo libre con Cristina y Samanta. Dos proyectos increíbles dentro de la Casa Amiga que proporcionan a los niños y niñas que viven en la casa un espacio seguro donde desarrollarse. ¡Una maravilla!
Llevábamos organizando esta colaboración desde casi un año antes y poder tocarlo y verlo con nuestros propios ojos fue un sueño que parecía que no iba a llegar…y que casi no llega…ViajanDos Con Calma en ocasiones ha sido más ViajanDos con estrés que con calma…

Desde que supimos de la Casa Abierta quisimos conocerla y compartirnos, así que como siempre llegamos con muchas ganas de hacer las sesiones de cuentacuentos tanto en el jardín infantil como en la ludoteca.

Al principio hay una parte de ti que se resquebraja cuando pones rostro y nombre al maltrato y la violencia sexual, pero que al mismo tiempo te llena de amor y de esperanza porque hay personas en el mundo que luchan con todo su empeño por un mundo mejor y sobre todo porque hay muchas personas fuertes y resilientes que son capaces de seguir adelante tras situaciones tan extremadamente crueles.

Así que con el corazoncito entre encogido y repleto de esperanza empezamos nuestras sesiones cuentacuentos.
En el jardín infantil las actividades fueron cortitas: cuentito y manipulación de algunos materiales pedagógicos que habíamos llevado gracias a la donación de amigos y familiares. En ese momento acudían poquitos niños y niñas y el horario era muy flexible ya que su situación es muy especial, hay momentos en los que se comparten con las mamás y momentos en los que alguno o alguna de los peques no quiere entrar al espacio y se le respeta.
Valentina y su compañera hacen un trabajo fabuloso, ejercitan mucho la paciencia y el respeto por los ritmos y los momentos que vive cada peque. Valentina nos contó que acababa de llegar hacía dos semanas, que al igual que los peques se estaba adaptando y que estaba muy contenta de haber encontrado este proyecto para poder desarrollar su profesión fuera de escuelas elitistas que, muchas veces, es en lo que acaban convirtiéndose escuelas que implementan pedagogías alternativas.

En la ludoteca nos lo pasamos genial contando cuentos y haciendo sesiones de juegos de mesa que llevamos, de nuevo gracias a las donaciones, para aprender a jugar y dejarlos ahí (Los adquirimos en Guiro Juguetería, UDE, Abracadabra y La Pantera Rossa, Centro social librería). Cristina y Samanta hacen un trabajo exhaustivo con los chavales y las chavalas. Trabajan la disciplina positiva, la tolerancia a la frustración, el respeto a las individualidades y la igualdad de género por nombrar algunos de los valores que promueven el espacio que facilitan con mucho esfuerzo y mimo.

Nosotras en cuanto llegamos, ya no nos queríamos ir. Las tardes se nos hacían minutos, empezamos con un cuento y siguiendo con rincones de juego, lectura y arte en los que el grupo se movía libremente con las únicas consignas de: Me cuido, cuido de las personas, cuido los materiales y por supuesto las normas establecidas por los juegos en cuanto al número de jugadores o jugadoras y que tenían que respetar. Fue increíble cómo se adaptaron a esta manera de distribuir el tiempo y el espacio, el segundo día prácticamente no necesitaban ayuda para utilizar los juegos y el respeto y la concentración se sentía en el ambiente, sólo se oían risas y algún ¨noooo¨ de vez en cuando cuando alguien perdía.
Los días pasaron rápido, y como Valentina y yo vivíamos en la propia sede de la FEDE, junto a la Casa Amiga, los fines de semana también abríamos la ludoteca por las mañanas y por las tardes las adolescentes nos enseñaban a hacer pulseras o incluso nos fuimos al río Lugarico a bañarnos con Nora, la expléndida cocinera del centro, sus hijes y los chavalos y chavalas que vivían en la Casa Amiga. Suena bien, ¿verdad? Pues vivirlo con ellos y ellas fue, ¡mejor!.

Como podéis leer nuestra experiencia en la FMS fue para nosotras un sueño cumplido y que nos dejó con ganas de más…y dicen que si te bañas en el río Lugarico…vuelves, y yo, me bañé dos veces… 😉

Gracias FMS por acogernos, sois grandes luchadoras.

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